Parashat Shoftim
Por prof. José Alberto Fuentes
Devarim (Deuteronomio) 16:18-21:9
Haftará: Yeshayahu (Isaías) 51:12-52:12
“Nombrarás para ti jueces y oficiales en todas las ciudades que HaShem tu Dios te da” (Deuteronomio 16:18)
Después que se reciben varias leyes, hay que tener un cuerpo de jueces y oficiales que vigilen que dichas leyes se lleven a cabo y se cumpla con toda justicia. Estos jueces incluso tienen autoridad delegada para pronunciar sentencias de acuerdo a la Torá y la halajá, como escribe el Dr. Ketriel Blad en sus comentarios de la Torá.
Un juez es una persona que ha recibido autoridad para pronunciar sentencias, de acuerdo a la Torá y la halajá, sobre las obras o palabras de otras personas. El juez tiene que condenar al culpable y absolver al inocente. Los oficiales son los que ejecutan las órdenes del juez. El juez no hace mucho sin un cuerpo policial que le apoye para que sus órdenes se cumplan. La policía no funciona bien sin los jueces porque tienen que saber qué órdenes ejecutar. Así que estos dos tipos de funcionarios tienen que trabajar paralelamente para que la sociedad se beneficie de ellos.
Lo que la Torá y los comentaristas dicen es muy claro, la necesidad de tener jueces y oficiales. De hecho, las sociedades y gobiernos modernos están influenciados con lo que la Torá dice. Por eso, entender este texto es comprensible y no tiene mayor inconveniente, cuando vemos la dimensión externa de este pasaje. Pero como la Torá habla más allá de lo que vemos a simple vista, podemos aprender una lección muy importante.
Hemos dicho que, así como hay un cosmos que es todo lo externo que ven nuestros ojos, hay una dimensión interna que se conoce como microcosmos, y ese microcosmos es el individuo. Es decir que dentro de nosotros hay una aplicación de todo lo que vemos externamente, de tal manera que, cuando la Torá da un mensaje que parece que sólo aplica a una cuestión externa del mundo que vemos, no debemos limitarlo a esa dimensión, sino profundizar, y mirar en nuestro interior de qué manera lo que dice la Torá aplica a un área específica de la persona.
Mencionamos que en el pshat de la Torá aparece la orden de nombrar jueces y oficiales en todas las ciudades que HaShem te dé. Pero hay una frase peculiar que dice: “Nombrarás para ti”, lo que justamente indica que nombres jueces y oficiales dentro de ti, en esa dimensión interna.
Jueces y oficiales internos que vigilen y eviten conductas negativas, rasgos de carácter negativos, malos pensamientos, palabras, acciones, etc. Todos esos jueces y oficiales internos son los atributos positivos en nosotros, la Ruaj hakodesh y todas las fuerzas espirituales internas que combaten en nuestro interior para que nuestra vida esté espiritualmente sana y logres el objetivo que se te ha asignado. Pero es muy importante que “nombres para ti jueces y oficiales”, porque si no lo haces el caos se hará presente.
“Ciudades que HaShem tu Dios te da”
Estas ciudades, en este sentido, representan también las partes de tu cuerpo en las que los jueces y oficiales deben hacerse presentes. Por ejemplo, tus ojos, debes cuidar lo que ves, poner límites; tus oídos, con lo que escuchas, tu boca, con lo que hablas, tus pies, hacia donde te diriges, etc. Por supuesto que la mente juega un papel fundamental, la silla del juez interno. Es interesante mencionar que Shoftim es la parashá número 48 de la Torá. El número 48 es el valor numérico de la palabra “mente” (moaj).
Rabí Moshé Feinstein dice:
La Torá pudo haber escrito simplemente “Jueces y policías deberás designar” — aparentemente las palabras “para ti” son superfluas. La Torá insinúa que una persona necesita designarse a sí mismo como juez sobre sí mismo para juzgar si sus acciones son correctas. Él también necesita ser su propio “oficial de policía” para asegurar que llevará a cabo eso que él “juzgó” como apropiado y para “multarse” en caso de que su comportamiento no sea el correcto.
Creo que el propósito de este pequeño estudio ha quedado claro. Espero que sea de bendición y que comencemos a ser más reflexivos mirando las cosas desde nuestro interior. Cuando desde adentro tienes orden, lo externo tendrá orden, cuando desde adentro vences batallas, ya ganaste una batalla en el exterior y así sucesivamente. Todo el trabajo comienza desde adentro.
Shabat shalom