Scroll Top
54Parashot_A-06

Parashat Toldot

Por Prof. José Alberto Fuentes
Bereshit (Génesis) 25:19-28:9
Haftará: Malaquías 1:1-21

Esta parashá nos habla de la descendencia de Avraham, de forma especial nos introduce al tercer patriarca, Yaacov, que representa el estudio de la Torá como está escrito:

Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Génesis 25:27

Los sabios entendieron esté versículo que menciona que Yaacov habitaba en las tiendas como que pasaba su tiempo estudiando Torá en las casas de estudio.

Es interesante que se mencione que era quieto, de tal manera que se indica sólo el estudio de la Torá como tal sin que necesariamente se hable de la práctica.

Dice la Torá:

Y oró Isaac a HaShem por su mujer, que era estéril; y lo aceptó HaShem, y concibió Rebeca su mujer. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a HaShem. Génesis 25:21-22

Surgen varias dudas con respecto a qué pasa cuando está un bebé en el vientre de su madre, la misma Rivká estaba consternada y seguro tenía muchas preguntas de qué pasaba en ese momento en su interior.

Dicen los sabios, que durante su embarazo, cuando Rivká pasaba frente a la Yeshivá de Shem y Eber, Yaacov se agitaba en su vientre y quería salir, y cuando pasaba frente a un templo de idólatras era Esav quien empujaba para salir.  Podemos entender por qué Esav quería salir del vientre de su madre; ese es un lugar donde no hay idolatría, pero ¿por qué Yaacob también empujaba?  El Talmud nos dice en Nidá 30b, que durante el embarazo hay un ángel que enseña a los fetos Torá.  ¿Por qué pues quería Yaacov dejar a tan angélico maestro?  La respuesta es simple, puedes tener el mejor maestro del mundo, pero si tienes un mal compañero de cuarto es mejor apartarte. (Rashi, Mayaná Shel Torá)

Retomando la pregunta de ¿Por qué Yaacov quería dejar a tan angélico maestro que le enseñaba Torá? Debemos mencionar más de la cita de Nidá 30b, en donde se dice también que el ángel que enseña la Torá en el vientre de su madre antes de que nazca el niño le borra toda la Torá que aprendió, y nos preguntamos ¿qué sentido tiene esto? Este midrash debe ser bien entendido, debemos  saber qué quisieron enseñar los sabios con esta historia de “ciencia ficción”, y no tomarlo como simple información mística, detrás de toda historia, cuento, parábola hay un mensaje muy importante para nosotros.

Cabe mencionar que hay una costumbre Ashkenazí  llamada Shalom Zajar el primer viernes por la noche después del nacimiento del bebé, en la casa del recién nacido.

El Rav Pesaj Krohn explica:

La reunión en la casa del recién nacido es para consolarlo por la Torá que ha olvidado.

Mientras el bebé se desarrolla dentro del vientre, un ángel le enseña toda la Torá. Justo antes del nacimiento, el ángel toca al niño en la boca causándole que olvide todo lo que ha aprendido (Talmud – Nidá 30b). La reunión en la casa del recién nacido es para consolarlo por la Torá que ha olvidado (Taz, Ioré Dea 265:13). Y dado que el bebé está “de duelo” por la Torá que ha perdido, lentejas o legumbres (y garbanzos) se sirven usualmente, ya que estos alimentos son consumidos habitualmente por personas en duelo (Zojer HaBrit 3:6).

Como vemos Yaacov es el estudioso de la Torá, desde el vientre de su madre estudia con el ángel, añora entrar en la Yeshivá de Shem y Eber, y después la Torá nos dice que habitaba en las tiendas. Pero nos sigue quedando el eco de que es un tipo quieto…

Esta parashá también insinúa la vida después de la vida, es decir el mundo venidero, esto lo vemos cuando Esav vende su primogenitura, el mensaje que manda es: no me interesa qué habrá en un futuro, yo sólo vivo el presente, vida sólo hay una así que hay que sacar provecho de ella, no me interesa el legado espiritual, me interesa satisfacer mi deseo, no me interesa si hay un mundo venidero yo sólo conozco esta realidad presente, este mundo físico, así está escrito:

Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura. Génesis 25:32-34

Queda claro que Esav no creía en la resurrección de los muertos contrario a la fe de su abuelo Avraham y su padre Yitsjak (Hebreos 11:13-18), ni la vida en el mundo venidero.

Caso contrario Yaacov, por eso intercede y lucha por la primogenitura.

Y ¿qué tiene que ver el estudio de la Torá y el cuento de Nidá 30b con la vida en el mundo venidero?

Regresando al evento de los niños que se pelean en el vientre de su madre hay una metáfora de Rav David E. Tabachnik en el libro “Por los caminos de la eternidad” que cuenta que había dos mellizos en el vientre de su madre que tuvieron un diálogo sobre la vida después de la vida en su micro mundo llamado seno materno, uno alegaba que no existía más que esa realidad, es decir creía que no había algo más allá de su realidad, parecido a Esav, por el contrario el otro pequeño argumentaba lo contrarío que estaban de paso  en ese micro mundo y que estaban a punto de entrar a un mundo más amplio, tenía fe en que la vida en el seno materno era la antesala de ese mundo glorioso que los esperaba, parecido a Yaacov, así nosotros debemos ver este mundo y la edad presente como la antesala del mundo venidero, solamente estamos de paso en esta vida, nos espera algo más grande y duradero.  Sin embargo para conseguirlo debemos esforzarnos para poder entrar en él, así como el bebé lucha para saltar al mundo.

Para ello Dios dio la Torá, instrucciones de vida para lograr el objetivo, de ahí que Yaacov estudiara la Torá,  para conocer las normas y conducta que imperan en el mundo de la verdad (el mundo venidero) sin embargo eso no es suficiente, no basta con conocer mucha Torá, se necesita cumplir, practicar lo estudiado. Vivimos en una época en la cual Dios está despertando las mentes de muchas personas, sin duda hay un despertar intelectual impresionante, pero eso no es suficiente, ya que si sólo se estudia sin cumplir dejamos sin efecto la Torá que estudiamos, ese es el secreto de la historia de Nidá 30b, ¿Por qué el ángel borra la Torá que le enseñó al bebé? Porque como estudió pero no cumplió, dejó sin efecto la Torá, ese es el gran mensaje.  Ahora entras al mundo que viene sin nada, vacío de Torá. En este contexto podemos entender las palabras del Mashíaj:

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Mateo 5:17

Enfatizo, si no cumples la Torá que estudias entonces la dejas sin efecto.

Sigue diciendo Rabenu:

Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Mateo 5:18-19. 

En este mundo estamos practicando, todo es una sombra de cosas venideras, cuando alguien no observó ni enseñó la Torá, no se preparó, por consiguiente al saltar al mundo de la verdad no sabrá cómo comportarse ahí, será un extraño. Para algunos sabios, ese es el concepto de  infierno.

Imaginemos a una persona que está encerrada por un mes en un cuarto oscuro, esto se compara a una persona que no observó ni estudió Torá, después del mes sale a un cuarto lleno de reflectores, ¿Podrá soportar la luz? No lo creo, será un infierno para él, no estará cómodo. Por el contrario la persona que se esforzó cumpliendo y estudiando la Tora que es luz (Salmos 19:5; Proverbios 6:26) podrá sin ningún problema vivir en ese mundo, en dónde la luz del Creador se manifiesta de una manera impresionante.

Es muy importante notar el lenguaje que usa Mashíaj cuando dice: “Más cualquiera que los haga y los enseñe”, es decir, primero practica y luego viene la parte de la enseñanza, el aprendizaje,  esto se basa en el versículo del libro de Éxodo 24:7 que dice:

Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que HaShem ha dicho, y obedeceremos.

El famoso naasé venishmá, haremos y luego entenderemos. También nuestros antiguos maestros basados en este pasaje dijeron:

Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Romanos 2:13

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era (Lo mismo que en Nidá 30b). Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Yaacov 1:22-25, enfasis añadido.

Los sabios mencionan que Esav conocía la Torá y de hecho ante los ojos de su padre era visto como un talmid jajam (discípulo sabio), al menos eso le hacía creer a Yitsjak, se dice que hasta preguntaba sobre el diezmo de la sal y la paja, que son cosas que no hay que diezmar, parecido a los fariseos hipócritas que reprendió Yeshúa en Mateo 23:23. Es decir, Esav pudo conocer toda la Torá pero ¿de qué servía eso? De nada, pues no la cumplía, por eso dice la Escritura:

A Jacob amé, más a Esaú aborrecí. Malaquías 2:2-3; Romanos 9:13

Ahora bien, mencionamos que Yaacov es el estudioso de la Torá desde el vientre de su madre, pero hemos dicho que eso no es suficiente, la misma Torá en algunas versiones castellanas dice que Yacoov era quieto, tomando esa traducción a manera didáctica podemos decir que algo le faltaba, y era la práctica, por eso es que tiene que salir de las tienda (casas de estudio de Torá) al lugar de Laván y esforzarse poniendo en práctica lo aprendido.

Por otro lado si vamos al texto hebreo aparece la palabra tam que implica perfección, integridad, completitud. Esto quiere decir que la Torá describe a Yacoov como íntegro, es decir, Yacoov no era cualquier estudiante, no, era un estudiante que ponía en práctica lo aprendido  por eso es tam.

Como vimos Yaacov quería la primogenitura porque sabía del legado espiritual y de la vida en el mundo venidero, pero para ello tuvo que cumplir y estudiar la Torá, estar completo en ambos aspectos.

La moraleja es, que no nos pase como al bebé que le borran la Torá antes de entrar al mundo, que cuando salgamos de esta edad presente, no nos borren la Torá que estudiamos y no cumplimos, que no sellamos en nuestros corazones (Ezequiel 36: 26-27); sino que nuestra Torá sea completa (Salmos 19:7) para que así podamos disfrutar de la herencia del primogénito, esto es, el placer de la Divinidad en el mundo venidero.

Shabat shalom.

Dejar un comentario