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54Parashot_B-13

PARASHÁ SHEMOT

Por Isaac Bonilla Castellanos
Shemot (Exodo) 6:2-9:35
Haftará: Isaías 27:6-28:13

Resumen de la parashá: Los hijos de Israel se multiplican en la tierra de Egipto. El faraón ve con mucho peligro esta realidad pues podrían llegar a ser una amenaza militar si llegaran a apoyar a una fuerza invasora. Los egipcios imponen dura servidumbre sobre los hijos de Israel, quienes edifican las ciudades de Pitón y Ramesés. Los hijos de Israel continúan multiplicándose y el faraón llama a las parteras de las hebreas para que no dejen con vida si el hijo es varón. Las parteras desobedecen al faraón y son bendecidas por Elohim. El faraón legisla tirar a todo hijo de los hebreos al rio. Moshé nace pero es preservado por su madre por tres meses, luego de ese tiempo lo pone en una arquilla a la orilla del rio. La hija del faraón recoge al niño y lo cría y le pone por nombre “Moshé” porque de las aguas lo sacó. Moisés crece e intenta liberar a sus hermanos, mata a un egipcio que arremetía contra un hebreo, pero es descubierto después por un hijo de su pueblo, quien amenaza con informar al faraón. Moshé huye a la tierra de Madián, y cuida el ganado de su suegro Yitró. El ángel del Eterno aparece a Moshé en una zarza que arde pero no se consume. Ahí es comisionado para sacar a los hijos de Israel de Egipto. Moshé se opone pero finalmente se presenta delante de los ancianos de Israel y del faraón, quien rehúsa dejar ir al pueblo diciendo que el no conoce a Hashem, y que es por causa de estar ociosos que el pueblo está inventando cuentos como el de Moshé. El faraón recrudece la esclavitud e impone la misma carga laboral pero sin dar la paja necesaria. El pueblo se queja contra Moshé y Aarón por haber hecho enojar al faraón. Moshé cuestiona a Hashem por lo sucedido y Hashem responde: “Ahora verás lo que haré al faraón”.

“De Egipto llamé a mi hijo”

En esta parashá, Hashem dice al faraón: “Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.” (Shemot [Exodo] 4:22-23). Dentro de las muchas cosas que podemos comentar de esta parashá me gustaría comentar este pasaje juntamente con el pasaje de Oseas 11 donde dice: “De Egipto llamé a mi hijo” (11:1).

A menudo los anti-misioneros cuestionan la legitimidad de Yeshúa como Mesías con argumentos muy variados; obviamente la gran mayoría busca socavar la confiabilidad de los registros apostólicos, conocidos como “Nuevo Testamento”. Podríamos diferenciar incluso entre categorías de ataques a los Escritos apostólicos y dar una clasificación.

En esta ocasión quisiera presentar un famoso caso de un ataque de anti-misioneros (la mayoría son ex cristianos que negaron a Yeshúa y buscan ser reconocidos por el judaísmo tradicional), este es, el uso que Mateo da al pasaje de Hoshea 11:1 y que se encuentra en una categoría que yo llamaría: “Ataques sobre el uso que los apóstoles hacen del Tanaj”.

A menudo Oseas 11 es usado por los anti-misioneros, para poder “probar” que los escritos apostólicos hacen un uso “abusivo” y “tendencioso” del Tanaj (conocido como “Antiguo Testamento”). El ataque consiste en hacer creer que “Los escritores del Nuevo Testamento sacan de contexto los pasajes de las Escrituras hebreas para su propio beneficio”.

Este ataque no debe de tomarse a la ligera por aquellos que tenemos un gran concepto de la Escritura, incluyendo a los registros apostólicos. Si bien es cierto, no es siempre sano responder a los anti-misioneros, pues la mayoría, no tiene dudas honestas y su objetivo es la crítica destructiva sin el más mínimo deseo de siquiera considerar la posición contraria. Sin embargo, no me gustaría dejar de comentar esto para aquellos que oyen de estos ataques, y que se preguntan con sinceridad cómo se puede explicar con racionalidad lo que apuntan.

Consideremos a Oseas 11:1 y la cita que Mateo hace de él:

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.”

“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mateo 2:13-15).

Claramente podemos percatarnos que en un sentido literal parece haber una discrepancia: Oseas está hablando de Israel, mientras que Mateo aplica el verso (que habla de Israel) a Yeshúa saliendo de Egipto de donde había huido por causa de Hordus (Herodes).

Al ver esto, los anti-misioneros arremeten diciendo: “¡Lo ven! ¡Ahí lo tienen!, claramente Mateo está sacando de contexto el verso, el escritor no sabía que eso no era una profecía mesiánica y abusa del texto descontextualizándolo”.

¿Es cierto el ataque? ¿En realidad Mateo no sabía lo que estaba escribiendo y cometió ese error tan garrafal? ¿Podría haber una explicación alternativa? ¿Habrá una explicación que, haciendo uso de las leyes de interpretación rabínica, explique la conducta literaria de Mateo?

Algo que refleja mucha deshonestidad de la mayoría de Anti-misioneros es su “doble moral teológica”. ¿A que nos referimos con “doble moral teológica”? Al hecho que dichas personas juzgan a los Escritos apostólicos con criterios increíblemente injustos y que no son aplicados a otros escritos judíos como el TaNaJ, el Midrash o el Talmud.

Si esto viniera de ateos o de agnósticos, tendría todo el sentido del mundo ya que ellos rechazan estos escritos al considerarlos una colección de libros humanos comunes y corrientes. Sin embargo, cuando viene de personas que profesan una identidad judía, el ataque es a menudo parcial y con injusticia.

Por ejemplo, si nos hiciéramos la pregunta ¿Hay alguna fuente rabínica que aplique pasajes similares (como el de Oseas) al Mashíaj (Mesías)? O ¿Existe una línea de razonamiento que justifica esas citas? Es aquí donde el ataque comienza a retroceder y vemos el inicio de su fin.

El Mesías es considerado como el “Israelita por excelencia”, el Mesías es la encarnación de lo que Israel debería y quiere llegar a ser. En él, Israel cumplirá su misión de ser luz a las naciones como está escrito: “Yo El Eterno te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones” (Isaías 42:6).

El Mesías es la encarnación de todos los aspectos positivos del pueblo judío, él es, por así decirlo, la “encarnación de la judeidad en su máximo nivel espiritual”. Es debido a eso que, en un sentido, el Mesías representa o simboliza a la totalidad de Israel, incluso son conceptos muy parecidos en la Escritura, por que comparten un título muy especial y que Mateo ocupa para hacer “similitud de expresiones”: Hijo de Dios.

De ahí, que en cierto sentido, Israel y el Mesías comparten muchas cosas y tienen paralelos interesantes. Esto ha llegado a ser expresado en términos muy elocuentes no por autores cristianos ni por judíos creyentes en Yeshúa; sino por Rabinos ortodoxos.

Por ejemplo, Rabí Shelomo Astruc comentando sobre Isaías 53 dice:

“Él llama al Rey Mesías “Mi siervo” hablando como uno que él envió. O él puede llamar al pueblo entero como dice arriba “Mi pueblo” (Isaías 53:6): Cuando él habla del pueblo, el Rey Mesías está incluido.; y cuando habla de el Rey Mesías, el pueblo está comprendido con él”. (Rabí Shelomo Astruc, “The suffering servant of Isaiah according to the Jewish interpreters” pág 129. Citado de “Messiah Journal 107, Man of sorrows, Daniel Lancaster, First Fruits of Zion, 800.775.4807, www.ffoz.org.”)

Israel y el Mesías comparten los títulos de “Mi siervo” y también de “Primogénito” e “Hijo”. En un sentido cuando se habla de Israel hay una alusión al Mesías, al ser este el Israelita por excelencia.

Esto puede verse en la literatura rabínica en donde los sabios consideraron ciertos pasajes que claramente se refieren a Israel, como alusiones mesiánicas. Ellos de manera midrashica (del hebreo “midrash”, una manera de buscar alusiones y paralelos en la Escritura y utilizarlos de manera homilética) aplican pasajes que hablan del pueblo judío al Mesías. Consideremos uno de los ejemplos más claros, esto es, el Midrash Yalkut Shemoní hablando sobre el Mesías e Isaías 53. Ahí leemos:

“Las palabras concernientes a “mi siervo” son dichas ya en la Torá, los Profetas y los Escritos. ¿Dónde en la Torá? [como se dice en Exodo 4:22] ‘Israel es mi hijo, mi primogénito’. ¿Dónde en los Profetas? [como se dice en Isaías 52:13], ‘He aquí mi siervo prosperará’ y cerca [en Isaías 42:1], ‘He aquí mi siervo, yo le sostendré’. ¿Dónde en los Escritos? [como se dice en el Salmo 110:1], ‘Dijo El Eterno a mi Señor’ y [en el Salmo 2:7], ‘El Eterno me ha dicho: tú eres mi hijo’ ” (Yalkut Shmoní II 621).

Como podemos percatarnos, claramente el Midrash aplica al Mesías las palabras de Exodo 4:22 que hablan de Israel, esto debido al mismo concepto: Israel y el Mesías comparten dos títulos: “Mi siervo” y “Mi hijo” y por tanto son similares y hay paralelos entre ellos.

Es debido a razones similares, que Mateo aplica lo dicho por Oseas sobre Israel, a Yeshúa. El está utilizando las reglas de interpretación judía para trazar correctamente la Biblia. El no está, como los anti-misioneros aseveran apresuradamente, abusando del texto sino que simplemente ve en él, una fuerte alusión Mesiánica. El relaciona el término “Mi hijo” para hacer la relación entre Israel y el Mesías; la lógica es que como ambos comparten ese título, lo sucedido a Israel tiene fuertes alusiones mesiánicas (Esto es llamado en hebreo “guezerá shavá”, que traducido es “similitud de expresiones”, una conocida ley de interpretación rabínica).

Veamos en el siguiente cuadro, las similitudes que Mateo tiene en mente:

IsraelLlamado “Mi hijo”En su nacimiento sufre por causa de un rey tirano (Faraón)Ocurre un asesinato de niños (Ordenado por el faraón)Es librado por el Eterno de Egipto después de la muerte del Rey
MashíajLlamado “Mi hijo”En su nacimiento sufre por causa de un rey tirano (Herodes)Ocurre un asesinato de niños (Ordenado por Herodes)Es librado por el Eterno de Egipto después de la muerte del Rey

Debido a estas similitudes, Mateo observa que lo que había acontecido en el nacimiento de la nación Israelita en Egipto, estaba sucediendo de nuevo en la vida del Israelita por excelencia, esto es Yeshúa el Mesías.

Es teniendo esta alusión en mente que Mateo usa el pasaje. El no niega el significado literal de lo que Oseas dice, simplemente aplica el texto como una alusión mesiánica por sus paralelos, en el mejor estilo rabínico.

Es por ello que el reclamo de los anti-misioneros es completamente falso: O ellos ignoran que Mateo está haciendo algo dentro de los parámetros de la interpretación judía, o lo saben y simplemente tienen una objeción sentimental y volicional contra Yeshúa. En la mayoría de las ocasiones esto es muy triste pues arrastra personas que no tienen las herramientas suficientes para explicar este y otros casos.

Yeshúa es el Israelita por excelencia, en él todas las promesas del Eterno son “Si” y “Amen”, él es el Mesías hijo de Dios, que viene del pueblo que fue llamado “Mi hijo” por El Eterno. El es el primogénito de la resurrección, salido del pueblo llamado “Mi primogénito” por Hashem. El es el siervo máximo de Dios, proveniente del pueblo que ha servido al Eterno desde su fundación.

Mateo no elimina el claro y llano sentido literal del pasaje de Oseas 11:1. Claramente ahí se habla del pueblo judío viniendo de Egipto. Mateo simplemente añade una alusión mesiánica al sentido literal del pasaje sin anularlo. El nacimiento del pueblo judío era un presagio de la historia del Mesías, tal como se ha dicho en el proverbio judío: “Los hechos de los padres son portentos para los hijos”.

Conclusión

Después de ver el pasaje de Mateo dentro de su contexto, descubrimos que no es para nada un uso ilegitimo del pasaje de Oseas. El nunca niega la literalidad del pasaje, sino que observa un poderoso parangón en la historia de Israel y Yeshúa, ambos saliendo de Egipto. El pueblo “Hijo del Eterno” salió de Egipto y el Mesías “Hijo del Eterno” sigue el mismo patrón.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Yojanán [Juan] 1:12).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Yojanán [Juan] 3:16).

¡Shabat shalom!

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