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54Parashot_A-36

Parashat Behaalotjá

Por Prof. José Alberto Fuentes
Bamidbar (Números) 8:1-12:15
Haftará: Zacarías 2:14-4:7

En esta ocasión, hablaremos de un tema un tanto complejo, pero me parece necesario para disipar algunas dudas.

Miriam y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. (Números 12:1)

Los sabios enseñan que el reclamo de Miriam se dio porque Moshé se separó de su esposa, ya que, para él, el servicio divino exigía dedicación al 100%, además de descubrir que, de esa manera, a través de la abstinencia sexual, él podía elevarse más. (Ver Midrash, Sifré, sobre Números 12:1)

Naturalmente Miriam se opuso, ya que desde niña luchó para que sus padres no se separaran definitivamente, y gracias a ella se juntaron para después quedar su madre embarazada y tener a Moshé. Por eso Miriam veía el divorcio como algo no válido. Sabía que Hashem tiene un plan grande para todas las parejas. De igual manera Aharón era un vocero de paz, por eso también le resultó una mala decisión.

Sin embargo, la respuesta de Hashem juzgando a Miriam nos enseña que la decisión que tomó Moshé fue respaldada por Él. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿Puede uno abstenerse de placeres físicos, como el sexo, para acercarse a Dios?

Uno de los casos que sin duda se nos viene a la mente, es el caso de nuestro santo maestro Yeshúa. Que según el texto bíblico no se casó, por lo que nunca tuvo un encuentro sexual. Este estudio también pretende dar un poco de luz al respecto.

Por otro lado, nos preocupa que la Torá sea muy clara, cuando dice que el hombre debe reproducirse, uniéndose con una mujer.

Dice el precepto:

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra… (Génesis 1:27-28ª)

No nos queda duda alguna que es muy positivo e incluso normativo casarse y tener familia, eso no se discute, la inmensa mayoría de las personas deben seguir ese camino. Sin embargo, hay unos cuantos, quizás podríamos decir, contados con los dedos de las manos, que han recibido un llamado diferente y muy peculiar.

Hay algunos estudiosos que dicen que, ni siquiera los más grandes, espiritualmente hablando, están obligados a abstenerse, es verdaderamente un llamado poco común. Podríamos decir sin temor a equivocarnos, que el celibato que se observa en el catolicismo es un gran error porque no es una ordenanza que la Biblia exprese como tal, y mucho menos que sea para un número tan amplio de individuos, por mucha jerarquía que se tenga.

Ejemplo de ello lo dan los sabios basados en la Escritura. Se dice, por ejemplo, que Yaacov avinu no alcanzó el grado de profecía más alto, sino que la revelación que tuvo fue en un sueño (la escalera de Yaacov) que es un tipo de profecía, pero baja. Y la razón que dan los sabios es justamente porque no estaba casado, una vez casado la revelación que recibe es mayor. Otro ejemplo son los hijos de Aharón, Nadav y Avinu. Se dice que el fuego extraño que ofrecieron fue debido a que no estaban casados. Ta Torá de hecho menciona la importancia de estar casados en el contexto sacerdotal.

Por su parte el Talmud en Kidushín 29b dice que, un hombre que ha cumpliendo los veinte años sin haberse casado, transgrede el mandato divino y provoca la cólera de Dios.

Entonces, dijimos que para Moshé era necesaria esta separación para la elevación espiritual y el poder mantener un nivel de pureza superior, y paradójicamente vemos ejemplos de que no hay elevación espiritual si uno no está casado.

Entonces, ¿qué es lo que pasa? ¿qué podemos concluir?

Primeramente, veamos pruebas que demuestran cómo en el judaísmo el ascetismo en su parte sexual fue practicado por algunos individuos, siendo el máximo representante Moshé rabenu.

El precedente más fuerte se encuentra en el libro de Éxodo previo a la entrega de la Torá, en donde Hashem manda al pueblo a separarse de sus mujeres, obviamente no tener relaciones sexuales.

Descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.                                   (Éxodo 19:14-15. Énfasis añadido)

En el Talmud se menciona que esa era la base de Moshé rabenu para separarse de su mujer. Nos queda claro que Moshé increíblemente al recibir el llamado divino, pareciera olvidarse de su vida propia, incluyendo sus deberes familiares; tenemos algunos casos como que el hecho de no circuncidar a su hijo, que casi le cuesta la vida, también cuando Yitró trae a su familia de vuelta con Moshé, dejándonos con una sensación de él no estaba tan interesado en ver a su familia, quizás porque no tenía tiempo debido a la gran encomienda que recibió, única en su clase.

En el Midrash Rabá, se dice que Moshé pensó:

“Si se nos dijo que no nos acercásemos a una mujer en el Monte Sinaí, que fue santificado en una única ocasión por la revelación de la Torá, con mayor razón debería yo, a quien Él habla en todo tiempo, alejarme de mi mujer.”

Filón de Alejandría, seguramente antes del Midrash citado, también menciona que Moisés, para poder recibir las revelaciones de Dios, tenía que estar puro y, por tanto, tenía que abstenerse de todo contacto con mujeres, dado que Moisés quería hallarse en un estado de preparación para recibir la Palabra divina. Y agrega Filón, desde el momento en que Moisés fue llamado, permaneció libre de impureza por relaciones sexuales. (Vita Mosis, 2:68-69)

Y esto tiene mucha lógica considerando el papel protagónico de Moshé rabenu, ya que toda relación sexual causa impureza sexual entre los hijos del pacto. Un Israelita común no tenía este tipo de inconvenientes porque sus responsabilidades no se comparaban con la de Moshé. Repetimos Moshé es un caso muy particular, único entre millones de personas. Además, no podemos negar que toda relación sexual tiene una parte en el yetser hará. Seriamos mentirosos en decir lo contrario.

Si miramos las Escrituras encontraremos casos en donde no se indica que ciertos profetas tuvieran esposas o hijos. Un ejemplo es Juan “el bautista”, un tipo totalmente apartado. No hay indicios de que hubiera tenido mujer, máxime que él veía los tiempos finales cerca, no tenía tiempo para atender esos asuntos. Lo que nos lleva a mencionar a los esenios que algunos de ellos practicaban la abstinencia sexual, de igual forma los estudiosos dicen que era debido a cuestiones escatológicas que ellos creían, por lo que no tenían tiempo para desperdiciarlo en placeres físicos. Aquellos grupos que estaban preparados para la guerra seguían las indicaciones de la Torá, cuando se sale a la guerra uno está separado de su mujer, incluso se le entregaba carta de divorcio para que ella pudiera volverse a casar en el caso de que el esposo desapareciera en la guerra.

Por su parte Flavio Josefo escribió sobre algunos esenios: “Esquivan placeres como un vicio y miran la templanza y el control de las pasiones como una virtud especial. Desdeñan el matrimonio, pero adoptan a hijos de otros hombres, cuando ya son flexibles y dóciles, los modelan de acuerdo con sus principios.” (Bellum 2:120, Antigüedades de los judíos 18:21)

El Talmud también presenta un caso por excelencia, del rabino Shimón ben Azai (Siglo II) que no se casó jamás.  Los de su oficio lo criticaban constantemente, y él les contestaba:

¿Qué puedo hacer? ¡Mi alma tiene sed de la Torá! Dejad que otros se ocupen de que el mundo siga su curso. (Tosefta, Yebamot 8:7; Talmud Bablí Yebamot 6b)

Y bueno, ¿que decir de nuestro santo maestro Yeshúa? Alguien podría decir, Moshé al menos cumplió la mitsvá y después se divorció. Recordemos que el llamado del Mashíaj es desde antes de la fundación del mundo, el llamado de Moshé fue más tarde, cuando era mayor. Sin embargo, él tomó esa responsabilidad en el tiempo propicio. La labor de Yeshúa es grandísima, por lo que no es de extrañarse de que mantuviera ese nivel espiritual al estilo Moshé. Además, recordemos que Moshé y Mashíaj son conceptos totalmente relacionados.

Algunos consideran que Yeshúa antes de iniciar su “ministerio” se casó, cumplió la mitsvá y se divorció posteriormente. La verdad es que dudo mucho de que eso haya sucedido. Me parece que debemos alinearnos más con las ideas presentadas anteriormente, de aquellos casos contados de hombres santos que decidieron ser la excepción ya sea por revelación divina o por iniciativa propia.

Ahora bien, cabalísticamente hablando, no me sorprende que Yeshúa no se haya unido con mujer. Siendo él el segundo Adam, y siguiendo las leyes del tikún (reparación) él, para no caer, como lo hizo Adam por el consejo de Javá, decide rectificar el pecado de Adam yéndose al extremo de no tener mujer. Y, en verdad, así opera el tikún completo cuando alguien se va al extremo con tal de no caer de nuevo en la trampa. Por ejemplo, el hijo de un papá alcohólico repara absteniéndose totalmente de bebidas alcohólicas, ya que si él sigue el camino del padre puede caer en el mismo error.

Además, Yeshúa, al igual que Moshé rabenu en el monte, ya vivía en el nivel de los ángeles.

Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. (Mateo 22:30)

También es necesario decir a modo de paréntesis, que hay técnicas espirituales hasta el día de hoy – como el tikún habrit – para evitar el derramamiento de semen involuntariamente, cuando uno duerme, ya que alguien podría argumentar es imposible resistir tanto tiempo sin liberar el semen. De este modo Moshé, los profetas, los justos entre el pueblo judío y el mismo rabí Shaúl pudieron – a través de la oración, recitación de Salmos y ciertos métodos espirituales – salir sin problemas librados de cualquier impureza de esta índole.

Para concluir, Yeshúa nos da la mejor respuesta de todo este análisis, por un lado, naturalmente apoya a la mitsvá, que es la regla, pero también deja abierta la puerta para la excepción de la regla:

Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.

Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. (Mateo 19:10-12)

¿Cuál era su precedente? Moshé rabenu.

¡La pureza y santidad sexual son la base y la esencia para obtener una fuerte y perfecta fe! (Rabí Shalom Arush)

Felizmente casado, Prof. José Alberto Fuentes

Shabat shalom

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