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54Parashot_A-41

Parashat Pinjás

Por Prof. José Alberto Fuentes
Bamidbar (Números) 25:10-30:1
Haftará: Melajim Alef (1 Reyes) 18:46-19:21

¿Te imaginas que te revelaran el final de tus días? ¿Qué harías si supieras que te quedan un par de días para abandonar este mundo? Muchos contestarían que se irían de viaje a un lugar que siempre quisieron conocer. Otros irían a los mejores restaurantes y lugares de entretenimiento. Otros pasarían el tiempo con sus seres queridos, y así una infinidad de cosas, pero cada una de ellas es por interés y beneficio propio.

La parashá de este semana nos habla de un hombre que tuvo el privilegio de saber cuál sería el final de su vida. Estamos hablando de Moshé rabenu, este gran tsadik no se preocupó tanto por él mismo. No estaba preocupado por ver cómo pasaría sus últimos días en la tierra de manera agradable y en beneficio propio. No, se preocupó por el pueblo de Israel y su destino espiritual, se preocupó por el prójimo antes que por él mismo. Por lo tanto, la prioridad número uno de Moshé es dejar a un sucesor, capaz de llevar acabo la tarea divinamente asignada de conducir al pueblo a la tierra prometida.

Hashem dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel. Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón.  Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.

Entonces respondió Moisés a Hashem, diciendo: Ponga Hashem, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Hashem no sea como ovejas sin pastor.

Y Hashem dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos. Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca. Él se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Hashem; por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la congregación. Y Moisés hizo como Hashem le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Hashem había mandado por mano de Moisés.

La primera enseñanza ya la tenemos, la prioridad de un siervo del Eterno debe ser asuntos del reino, esto conlleva buscar el bien de los demás antes que el propio, garantizar el futuro espiritual de aquellos que continuarán en este peregrinaje llamado vida.

Debes saber que cada uno de nosotros somos un olam katán, un micro universo. Esto quiere decir que toda la creación se encuentra en ti. Por lo tanto, en ti hay un Moshé rabenu que debe preocuparse por su generación o por aquellos que lo rodean, para dejar un legado espiritual para que la obra del Eterno continúe. Por lo tanto, activa a tu Moshé interno. 

Quiero compartir un estudio que me parece interesante que habla del nombramiento que hace Moshé sobre Yehoshúa bin Nun, para entender qué debemos hacer para que nuestro sucesor espiritual tenga éxito.

Es importante recalcar, que una de tus tareas en esta vida es tener un sucesor, un Yehoshúa. Por lo tanto, comienza a trabajar en alguien (individual o colectivo) que continúe con tu legado espiritual. Y ojo, no estamos hablando de los hijos que, por supuesto, deben seguir edificando sobre el edificio de papá. Estamos hablando de los prototipos Yehoshúa, gente biológicamente ajena. Ahora bien, si tienes que activar a tu Yehoshúa interno, comienza a servir a tu mentor y prepárate. Todos tenemos un Moshé interno y todos tenemos un Yehoshúa interno.

Pasamos a ver parte del comentario del Rabino Yitsjak Ginsburgh.

Un sucesor para Moisés

Después que Dios le informó a Moisés que no iba a conducir al pueblo judío durante su ingreso a la Tierra de Israel, Moisés le pidió a Dios que designe un sucesor apropiado. Dios le instruyó a Moisés que nombre a su discípulo Yehoshúa, que era “un hombre con espíritu” para ese cargo, y que pose su mano en la cabeza de Yehoshúa. Así, la mano de Moisés se transformó en el conducto para canalizar su poder espiritual hacia su sucesor.

En el final de esta sección, la Torá cuenta que Moisés cumplió las instrucciones de su Creador exactamente como está dicho: “en la mano de Moisés”. Nuestros sabios enseñan que las palabras finales de una sección son un resumen de ella.

Del hecho que la Torá utiliza la inusual frase “en la mano de Moisés” para concluir esta sección, podemos entender que el concepto de ordenación, la transferencia del liderazgo de generación en generación, es una función de la mano. Este es el secreto de la mano, que tiene el poder de proyectar energía divina del mentor hacia su estudiante, transformándolo en un sabio por propio derecho.

 

¿Por qué ambas manos?

La Torá describe cómo Moisés posó ambas manos sobre la cabeza de Yehoshúa. Los sabios y Rashí llaman inmediatamente nuestra atención sobre la siguiente discrepancia: Dios le ordena a Moisés poner su mano sobre la cabeza de Yehoshúa, pero Moisés obedece poniendo ambas manos.

Para la mayoría de las personas la mano más fuerte y dominante es la derecha. Esta mano es llamada iad haguedolá, “la mano grande”. Ante dicha instrucción, automáticamente se presume que esto se refiere a la mano más fuerte, la derecha.

En cabalá y jasidut, aprendemos que la mano derecha representa la bondad. Al poner la mano derecha, Moisés le está transmitiendo su capacidad de benevolencia a su sucesor. (Aprende a trabajar el atributo de jesed (bondad) para que después lo puedas transmitir)

Aunque la bondad es un factor dominante en un líder rectificado, no se sostiene por si sola. Así como la lluvia, que es la benevolencia de Dios, necesita el poder de penetrar la tierra y apagar su sed, también un líder debe magnificar su bondad hacia su rebaño con poder. (Esto explica que la lluvia intensa es llamada gevurot gueshamim, “el rigor de las lluvias”).

Como decíamos, Moisés también puso sobre Yehoshúa la mano izquierda, que representa el rigor y el poder. Moisés sabía que para que la bondad de su discípulo sea completa, debía incluir el poder del rigor de la mano izquierda, llamada Yad hajazakáh, “la mano fuerte”. (Trabaja con todos los aspectos de guevurá (rigor) para que los integres de manera positiva en tu vida y después los transmitas).

 

“Un hombre de Espíritu”

La habilidad de incluir la izquierda en la derecha es el talento de relacionarse con cada individuo en su propio “espacio”, manteniendo a la vez sus propias convicciones. Yehoshúa es elegido como sucesor de Moisés debido a ese talento esencial, es un “hombre de espíritu”, sabe cómo dirigirse al alma individual de cada persona de su congregación, uniendo sus diferentes perspectivas en un todo, que incluye la izquierda dentro de la derecha. (El equilibrio entre estos dos polos es la perfección, por eso las tribus de Israel vinieron de Yaacov que representa el equilibrio entre Abraham – representante de jesed – y Yitsjak – representante de la guevurá, Yaacov es el tiferet (esplendor) el equilibrio perfecto)

Aprovecho para comentar sobre la mano izquierda, la mano de guevurá, que aunque es una midá que debemos procurar, no es del todo “buena” si somos 100% mano izquierda. Como veremos, se necesitan de las dos manos para el nombramiento. Nos preguntamos si esta parashá se llama Pinjas, y Pinjas es todo un héroe, ¿por qué razón no es designado como el líder sucesor de Moshé? Porque evidentemente Pinjas era de mucha guevurá, rigor, juicio, disciplina, muy mano izquierda. Yehoshúa era justamente el equilibrio entre las dos manos.

 

La Tercera Mano

La historia de la sucesión de Moisés por parte de Yehoshúa concluye con la frase “todo fue hecho perfectamente por la mano de Moisés”. Esta no es la mano derecha de la bondad o la izquierda que la potencia. Es más bien una alusión a una tercera mano, viniendo a representar otro instrumento esencial del liderazgo, insinuado en esta frase final.

El nombre de Yehoshúa era originalmente Hoshea. Cuando salió formando parte de los 12 espías a reconocer la tierra de Israel, Moisés le agregó una Yud como inicial del nombre. Este agregado le dio el poder espiritual para resistir la tentación de los otros espías que hablaron mal de la tierra de Israel.

Este es el poder del líder de sobreponerse a la opinión mayoritaria cuando esta es incorrecta y permanecer firme en sus convicciones. Para poder integrar este poder a su psique, se agregó una Yud al nombre de Yehoshúa.

La letra Yud significa “mano”. Es la mano más pura y abstracta, y también la primera letra del nombre esencial de Dios, “Havaiá”, yud, hei, y vav, hei. La mano que Moisés le agregó al nombre de Yehoshúa es la mano central, llamada yad ramá (mano elevada). No es izquierda ni derecha, sino que es el canal central de energía que desciende por el torso.

Los cinco dedos de esta misteriosa mano interior se proyectan hacia arriba, por sobre la cabeza. Esta mano eleva a la persona hacia el origen de su alma, donde es uno y solitario y no es vulnerable a la seducción y presiones de la mayoría.

A este nivel el líder permanece fiel a sus convicciones, alcanzando su conexión esencial con su mentor y su fuente espiritual. Cuando vio su humildad, Moisés dotó a Yehoshúa con esta mano elevada, noble. Entregada a Yehoshúa previamente a su ordenación, esta conexión con la fuente de su alma y con Moisés es un prerrequisito para que lo pueda suceder como líder del pueblo judío.

 

La Imposición de las Manos

La primera mano que recibe el líder en potencia es la mano elevada, que le da la capacidad de elevarse por encima del conflicto y la oposición y debe llegar a formar parte de su nombre y su naturaleza esencial. Entonces puede conducir con la bondad de su mano derecha, mientras aumenta esta cualidad con el talento de su mano izquierda, la habilidad de relacionarse con cada persona en su propio terreno, incluyendo la izquierda dentro de la derecha. Cuando aplicamos estas cualidades en nuestras propias vidas, nosotros también podemos liderar a otros de una manera rectificada.

Espero que sea de ayuda y bendición esto que hemos recibido.

Shabat shalom

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