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54Parashot_A-49

Parashat Ki tetsé

Por Prof. José Alberto Fuentes
Devarim (Deuteronomio) 21:10-25:19
Haftará: Yeshayahu (Isaías) 54:1-10

Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Hashem tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos. (Deuteronomio 21:10)

Si estudiamos desde la perspectiva del hombre como olam katán (microcosmos), podemos entender este texto de la siguiente manera:

El ser humano sale constantemente a la guerra contra los enemigos internos, que podemos llamar yetser hará, y todos sabemos que esto es cierto, afortunadamente la Torá dice: “Y Hashem tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos”. Significa que el triunfo sobre nuestros enemigos es parte del plan del Eterno, por lo tanto, la Torá nos enseña que, no hay enemigo invencible, toda aquella cosa con la que estés luchando, llámese: depresión, malos pensamientos, malas palabras, angustia, etc., Dios ya los ha entregado en tus manos y quiere que los hagas cautivos, es decir que tengas control absoluto sobre ellos. ¡Bendito sea el Eterno!

Y que se cumpla en nosotros el versículo que dice:

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. (2 Timoteo 4:7)

Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero (Deuteronomio 21:22)

Todos hemos cometido pecados, pecados que nos garantizan la muerte, pero gracias a Hashem que hubo uno que tomo el pecado de todos y fue colgado en un madero para librarnos de la muerte eterna.

Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. (1 Pedro 2:24)

Nunca olvides la obra maravillosa del Mashíaj Yeshúa, tenla presente todos los días de tu vida y vivirás.

Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno. (Deuteronomio 22:8)

Nuevamente, estudiando el texto desde la dimensión interna, nosotros somos la casa nueva, en la parte más alta de la casa tenemos que construir un pretil o barda alrededor de la azotea, la parte más alta del hombre es la mente, por lo tanto, debes construir una valla sólida en tu mente, esto lo consigues con estudio de Torá y oración. Si haces esto, no correrás peligro de muerte.

No entrará amonita ni moabita en la congregación de Hashem, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Hashem para siempre. (Deuteronomio 23:3)

Este es un texto muy interesante, ya que la abuela del Melej haMashíaj es Rut la moabita, que, aun siendo moabita, contrario a lo que la Torá dice, fue aceptada como parte de la congregación de Israel.

Con esto aprendemos que el linaje del Mashíaj siempre estará en tela de juicio, como justamente pasó con David haMelej y como pasa con Yeshúa.

Hablando un poco de las vidas de ambos Mesías – David y Yeshúa – presento la siguiente información.

Parafraseando el Midrash dice que David estaba destinado a nacer muerto. De hecho, se cuenta que sus hermanos querían matar a su madre con todo y bebé adentro, pues pensaban que el embarazo era parte de un adulterio y sus sospechas fueron más aún fuertes cuando vieron que el cabello de David era rojo, cosa extraña para ellos. Por eso dijo en salmo 69:8 “Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre”.

De la misma manera, hasta el día de hoy el linaje de Yeshúa es cuestionado e incluso algunos se atreven a decir que no existió. También sus propios hermanos pidieron su muerte.

Nos cuenta el Midrash que Yishai, padre de David, lo rechazo desde niño, pues según él, no quería tener más hijos con su esposa judía, porque su linaje era cuestionado por el asunto de Rut la moabita, su ancestro, de modo que ideó acostarse con su sierva que no era judía y de esta manera el hijo que le nacería sería un gentil que más tarde se podría convertir al judaísmo, y así uno de sus descendientes seria judío sin entrar en la polémica de los descendientes de Moab.

Para suerte de Yishai su sierva era fiel a su ama y le contó los planes que Yishai tenía con ella de acostarse en secreto para que le diera un hijo. Yishai fue salvado por Dios de transgredir teniendo relaciones ilícitas, inspirando a su esposa, a que se disfrazara de esclava. Y así, gracias a esta trampa, Yishai se encontró con su propia esposa en lugar de tener relaciones ilícitas con la esclava. Por eso David dijo: “en pecado me concibió mi Madre” (Salmo 51:5)

Cuando se enteró de ello Yishai rechazó a la criatura y siempre lo hizo a un lado, pues él pensaba que su esposa se había metido con otro varón. Yishai aseguraba haberse acostado con la sierva y por lo tanto el niño que llevaba su esposa no era de él sino de una infidelidad. Para Yishai David era un bastardo.

Dice el Jajam Amram Anidjar shelita que es por eso es que la Biblia menciona que David luchó contra al oso y el león, pues la intención de su padre al mandarlo a pastorear era que se lo comieran. Y también esta es la razón por la que lo manda a ver sus hermanos en un momento de guerra, porque sabía que aquel gigante incircunciso podría matarlo.

Más aún, cuando Shmuel va a buscar al ungido del Señor, Yishai no toma en cuenta al “bastardo” David sino hasta que ya no hay más remedio (1 Sam 16:6-13). Incluso el Midrash cuenta que Shmuel vio en David rasgos de un rashá (maligno) como Esav y no estaba del todo convencido de que David fuera el Mesías.

Finalmente, el asunto de la descendencia de Rut la moabita se resolvió, ya que la mitsvá sólo aplica a los hombres y no a las mujeres – así lo interpretaron los jueces de Israel – de tal modo que Yishai supo que su mujer había sido fiel, y el futuro Rey de Israel, David era en verdad su hijo, no sin antes pasar por una serie de cuestionamientos.

La historia de David nos habla de mucho rechazo, persecución y sufrimiento, no sólo con su padre y hermanos, también los celos y odio sin causa del rey Shaúl, la aversión de su propio hijo Absalón, etc.

Todo ello evidentemente viene hablarnos del Mesías sufriente y el rechazo que el recibió por parte de sus hermanos y sobre todo de los líderes de Israel. Una y otra vez Yeshúa ha sido descalificado como el Mesías e incluso para muchos judíos Yeshúa es un hijo bastardo. No será sino hasta el final que será reconocido definitivamente como Mashíaj.

Por otra parte, el Arizal escribe que estás cosas turbias de las Escrituras, como el caso de Lot y sus hijas, el caso de Rut la moabita, la manera en la que fue concebido David, etc., es para alejar a las fuerzas malignas, ya que las fuerzas del mal siempre se enfocan en estorbar a aquellos que son todo luz, es decir que no hay cosas raras de por medio, que no están metidos en “chismes o controversias” que aparentan mala reputación, buscan a las casas más ordenadas, en donde no hay duda alguna de la santidad de la familia. Es como si Dios mandara de manera escondida a un redentor, una familia no tan santa aparentemente, de esta manera no será estorbado, porque las fuerzas del mal no notaran su presencia.

Por tal motivo no debe sorprenderte que del Mesías Yeshúa se digan todo tipos de cosas malas, no te preocupes ni dudes, es parte de un plan divinamente orquestado.

Shabat shalom

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